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CDMB avanza en investigación de incidente de derrame de combustible

Junio 6 de 2013
accidente combustible “La aplicación de un degradante al hidrocarburo que se encuentra en el área de suelo comprometida con el derrame del combustible, o en su defecto retirar el suelo contaminado y llevarlo a un sitio adecuado, para tomar los controles necesarios” son las primeras acciones que requirió la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga a la empresa transportadora que ocasionó el derrame de Acpm sobre el río Manco y su franja de protección ambiental. 
Así lo manifestó Jorge Alberto Cárdenas Suárez, Técnico administrativo del grupo Gea, quien en coordinación con la Subdirección de evaluación y control, Seyca  de la CDMB, asistieron la emergencia, producto del volcamiento de una tractomula en el km 59 de la vía que de Bucaramanga conduce a San Gil, en el sitio conocido como “Puente Quebradaseca”, ubicado en la vereda La Cabrera del Municipio de Piedecuesta.

Los técnicos determinaron que se afectó un área de 400 metros de cobertura vegetal, que comprenden la franja de protección del cuerpo hídrico, la cual se impregnó por 1.000 galones de combustible y los  9.700 galones restantes que transportaba el vehículo discurrieron en el lecho del río. 

La reacción para controlar la emergencia por parte de la empresa transportadora, fue inmediata. Amparada por una reconocida entidad, especializada en la atención de contingencia por derrames accidentales, desde muy temprano, procedieron con el vertimiento de un dispersante biodegradable, que  disuelve el hidrocarburo. 

Por tal razón la entidad ambiental, advierte a las comunidades ribereñas, que se abstenga de usar o consumir, dentro de un lapso de 24 horas, las aguas de los ríos  Manco, Chicamocha, Suárez y Suratá, procedentes del sector donde se produjo el percance. 

Un grupo de ingenieros ambientales, químicos y biólogos de la Corporación, trabajan en la consolidación de un informe final, que determina los daños y afectación a los recursos, suelo, agua, fauna y flora, que produjo el vertimiento de la sustancia sobre la corriente hídrica. 

Aún no se ha podido establecer el grado de responsabilidad de la empresa trasportadora. 

“En estos momentos se está verificando la documentación con respecto al plan de contingencia radicado ante la CDMB, que deben tener las empresas que transportan hidrocarburos”, puntualizó Cárdenas Sánchez. 

Una vez se reúna todo el acervo probatorio, la entidad ambiental emitirá un concepto definitivo.   “La aplicación de un degradante al hidrocarburo que se encuentra en el área de suelo comprometida con el derrame del combustible, o en su defecto retirar el suelo contaminado y llevarlo a un sitio adecuado, para tomar los controles necesarios” son las primeras acciones que requirió la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga a la empresa transportadora que ocasionó el derrame de Acpm sobre el río Manco y su franja de protección ambiental.  Así lo manifestó Jorge Alberto Cárdenas Suárez, Técnico administrativo del grupo Gea, quien en coordinación con la Subdirección de evaluación y control, Seyca  de la CDMB, asistieron la emergencia, producto del volcamiento de una tractomula en el km 59 de la vía que de Bucaramanga conduce a San Gil, en el sitio conocido como “Puente Quebradaseca”, ubicado en la vereda La Cabrera del Municipio de Piedecuesta. Los técnicos determinaron que se afectó un área de 400 metros de cobertura vegetal, que comprenden la franja de protección del cuerpo hídrico, la cual se impregnó por 1.000 galones de combustible y los  9.700 galones restantes que transportaba el vehículo discurrieron en el lecho del río.  La reacción para controlar la emergencia por parte de la empresa transportadora, fue inmediata. Amparada por una reconocida entidad, especializada en la atención de contingencia por derrames accidentales, desde muy temprano, procedieron con el vertimiento de un dispersante biodegradable, que  disuelve el hidrocarburo.  Por tal razón la entidad ambiental, advierte a las comunidades ribereñas, que se abstenga de usar o consumir, dentro de un lapso de 24 horas, las aguas de los ríos  Manco, Chicamocha, Suárez y Suratá, procedentes del sector donde se produjo el percance.  Un grupo de ingenieros ambientales, químicos y biólogos de la Corporación, trabajan en la consolidación de un informe final, que determina los daños y afectación a los recursos, suelo, agua, fauna y flora, que produjo el vertimiento de la sustancia sobre la corriente hídrica.  Aún no se ha podido establecer el grado de responsabilidad de la empresa trasportadora.  “En estos momentos se está verificando la documentación con respecto al plan de contingencia radicado ante la CDMB, que deben tener las empresas que transportan hidrocarburos”, puntualizó Cárdenas Sánchez.  Una vez se reúna todo el acervo probatorio, la entidad ambiental emitirá un concepto definitivo.
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